El problema
El Kit Digital es una herramienta que ha venido a “salvar” a las PyMES y autónomos de su obsolescencia digital para que su negocio bien se modernice o bien se haga un hueco en el mundo digital.
Las empresas digitales que quieran trabajar con esta ayuda y poder ofrecérsela a sus clientes, deben convertirse en «Agente Digitalizador» bajo unos requisitos abusivos propuestos por el gobierno.
Por ejemplo, necesitas un mínimo de facturación de 100.000€ en proyectos semejantes y en los 2 años anteriores a esta solicitud. (O 50.000€ en el año anterior).
Así que las PyMES y autónomos que quieran lanzarse a la inmensa realidad que es el mundo digital lo podrán hacer, según nos dice el Ministerio, gratis, ya que solo tendrán que ponerse en contacto con un agente digitalizador, solicitar los servicios que deseen y esperar, una vez que se lo concedan, a que este agente o agentes hagan su magia a coste 0.
Y hasta aquí, ¿cuál es el problema?
Pues que las empresas digitalizadoras dotadas de esta categoría, no tienen por qué ser grandes profesionales o creativos del sector digital, si no tan solo, ofrecer un servicio digital o de digitalización. Es decir, que no hay que ser bueno realizando el trabajo.
En esta propuesta, nos encontramos de nuevo a los gigantes como Banco Santander, Orange, Arsys o empresas multimillonarias, dejando así en el olvido a todos los emprendedores y a los nuevos talentos que acaban de comenzar en este complicado sector.
Para colmo, algunas de estas empresas mienten a los clientes diciendo que serán ellos los que ofrezcan los servicios, pero subcontratan a profesionales de este sector explotándolos laboralmente y quedándose con porcentajes altísimos de estas subvenciones, pagando cantidades miserables a los subcontratados.
Una vez más, el Kit Digital está siendo una ayuda, que ayuda a los grandes y no a los pequeños.
Queremos pedir al gobierno que elimine estos requisitos abusivos, y que no haga de esta gran propuesta una «competición» por el dinero. Valoremos el trabajo de calidad y la profesionalidad y no la explotación laboral.
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